En mis
anteriores artículos () describí la economía que existe detrás del Ransomware.
Aunque el costo individual es relativamente bajo, el alto volumen de víctimas
garantiza un flujo de caja atractivo para una organización criminal que tiene
bajo costos.
La ganancia
financiera de los ataques cibernéticos ha incentivado el crecimiento de una
economía ilegal en la que algunos sectores solo se dedican a crear una
plataforma digital que se puede usar para lanzar estos ataques. Estas
plataformas son luego vendidas a terceros que las usan para extorsión en sus
mercados locales o regionales.
Y esta
posibilidad de perder acceso a información importante es muy real.
Dada esta
amenaza, los directivo de pequeñas y grandes empresas deben planear con
anterioridad cual es la respuesta a un ataque de este tipo. Cada caso
individual es diferente y sin duda el usuario afectado tendrá razones muy
válidas para pagar y recuperar la información perdida.
Sin embargo,
las víctimas de este crimen deben considerar con seriedad las consecuencias de
pagar a estos extorsionistas digitales.
Los mensajes
alarmistas de ransomware obviamente asustan a los afectados, que no dudan en
hacer un pago. El hacer clic en los mensajes de pago solo empeora la situación
porque esta acción baja software malicioso adicional que prácticamente asegura
que la extorsión se presentará de nuevo en el futuro. En otras palabras, pagar
solo garantiza un ataque futuro.