En mi columna anterior hablaba
como los nuevos medios han abaratado los costos de servicios que
tradicionalmente requerian costosas capacidades de cómputo, y como los
gobiernos podrian usar esta promesa para permitir mayor participación.
Un aspecto importante para lograr
un exitoso programa de gobierno electrónico es tener un mayor grado de
interoperabilidad entre diversas organizaciones oficiales. Se considera que es
la única manera de poder tener un solo punto de acceso a los servicios
electrónicos oficiales. Una posible consecuencia es el ahorro a largo plazo en
las inversiones tecnológicas necesarias si la interoperabilidad existe.
¿Pero qué significa que las
organizaciones estén interconectadas? Para tal efecto se ha creado un índice o
matriz de nivel de implementación o interoperabilidad, mejor conocido como
GIMM, que está basado en las matrices de madurez. Esto incluye procesos comunes
entre diferentes organizaciones, el uso común de codificación de documentos en
lenguajes XML, etc.
Este proceso de unificación de
criterios es largo y puede ser complicado. Un primer paso que algunos procesos
exitosos han iniciado es tener un punto único de identificación y autenticación
de usuarios. Tal es el caso de Chile y su programa de identificación
electrónica única llamado Clave Única. Los chilenos han identificado claramente
los lineamientos para lograr la interoperabilidad entre diferentes entidades
oficiales.
Otro caso de progreso en la zona
es Colombia. Luego de varios años de estancamiento Colombia, el segundo país en
la región, ha progresado rápidamente; pero el proceso no parece
claro, las metas no están bien definidas y los indicadores de progreso no están
disponibles en el sitio oficial.
El caso colombiano contrasta con
el programa de gobierno electrónico de Chile. Colombia no posee aún un sitio único
que permita al ciudadano validar sus credenciales y acceder a todos sus
servicios.
El primer paso para un caso exitoso es centralizar la coordinación entre institutiones y
prestar las asesorías necesarias para guiar en la implementación exitosa del
programa. No es sorprendente que Chile sea puntero en la región; el
programa tiene unos objetivos bien delimitados y el progreso es transparente y
la información está disponible para todos (ver http://www.modernizacion.gob.cl).
Pero a pesar de estos esfuerzos, la oferta latinoamericanca de
gobierno electrónico aún no permite la participación activa de sus ciudadanos.
Aun hay un buen trecho por recorrer.